Por
Diego Enrique Osorno
El
siguiente texto lo escribí con John Gibler, con quien oculté en una
combi a un agonizante estudiante llamado Alexis Benhumea, para burlar el
despiadado cerco policial impuesto en San Salvador Atenco el 4 de mayo de 2006,
en contra de miembros del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y de
activistas urbanos que, como Alexis, habían acudido a respaldarlos en sus
protestas. Aquél día dejamos en coma a Alexis Benhumea, en un hospital público
del Valle de México; después regresamos a seguir reporteando lo que pasaba.
Pasó un mes y el joven alumno de la UNAM murió. Su muerte aún permanece impune,
mientras que el político que ordenó -y se ufana de ello- el operativo que mató
a Alexis, busca ser presidente. LEER EL TEXTO COMPLETO (PDF)
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